Destino Tíbet

El Tíbet ha sido durante siglos uno de los lugares más inaccesibles del planeta. Su cultura, su espiritualidad y sus paisajes han llamado la atención de todo viajero. Ocupa un extenso altiplano y está rodeado de las cordilleras más impenetrables de La Tierra. Viajar al Tíbet es sinónimo de aventura, con las rutas más salvajes, remotas y duras de Asia. Todo es superlativo. En él se encuentran las montañas, lagos y treks más altos del mundo, las gargantas más profundas, y también nacen aquí los mayores ríos de Asia. La altitud lo condiciona todo: el clima, la flora y fauna, así como a sus pobladores y tradiciones.

El Gran Tíbet

El Tíbet que conocemos hoy en día forma parte de la República Popular China y oficialmente se denomina Región Autónoma del Tíbet (TAR en inglés), aunque en chino utilizan el nombre de Xīzàng (西藏). Además, hay otras regiones limítrofes que forman parte del Tíbet histórico. El Gran Tíbet engloba los territorios de población o influencia tibetana de las provincias chinas de Yunnan, Sichuan, Qinghai y Gansu; y otras regiones fronterizas que pertenecen a Nepal, India, Pakistán y Bután. Por lo tanto, el espacio cultural tibetano es mucho más amplio del que relacionamos inicialmente con el Tíbet.

Las regiones tibetanas de China se han dividido tradicionalmente en tres: Ü-Tsang, Amdo y Kham. Ü-Tsang equivale prácticamente a la Región Autónoma del Tíbet (RAT). Amdo se sitúa al noreste y ocupa casi la totalidad de la provincia de Qinghai y pequeñas regiones de las provincias de Sichuan y Gansu. La parte más oriental recibe el nombre de Kham. Su mitad occidental pertence a la RAT, la oriental a Sichuan y también ocupa zonas de Qinghai y Yunnan.

Geografía y naturaleza

El altiplano tibetano está delimitado por la barrera natural que forman el Himalaya al sur, el Karakorum al oeste, las montañas Tanggula al este y el Kunlun, las montañas Altun Shan y Nan Shan (Qilian Shan) y el desierto de Taklamakan al norte. En la zona oeste predominan los lagos de origen glaciar y al este sus grandes  ríos. Esta diferenciación ha influenciado claramente en la forma de vida de los tibetanos. Al este mucho más agrícola y en el oeste nómadica.

En el paisaje tibetano predominan los desiertos de altura y las amplias praderas. Abunda la vida salvaje y destacan los buitres del himalaya, quebrantahuesos, ánsares indios, grullas cuellinegras, yaks, asnos tibetanos, barales, gacelas, zorros, lobos y el esquivo leopardo de las nieves.

Clima

El clima es frío y seco. Y a una alttud media de más de 4.500 metros puede describirse como extremo. Las condiciones climáticas varían según la altura y la región en la que se esté. La gran intensidad de la luz y los fuertes vientos también lo condicionan.

La mejor época para visitarlo es en los meses de abril, mayo y de septiembre a noviembre. En verano, el Tíbet no se ve tan afectado por los monzones gracias a la protección natural del Himalaya, pero también es la época que concentra mayores lluvias.

Pueblo

Los tibetanos tienen una identidad única que mezcla influencias de las diferentes culturas que les rodean. Es una sociedad profundamente religiosa. La religión inunda todos los aspectos de la vida, por lo que es aconsejable conocer mínimamente el Budismo para comprender sus tradiciones, modo de vida y otros haceres.

Se diferencian, principalmente, tres modos de vida tradicionales dentro de la sociedad tibetana: los “drokpa” (nómadas), los “rongpa” (agricultores) y los “shangha” (monjes y monjas). Además, existen diversos subgrupos étnicos diferenciados por rasgos culturales, vestimenta y variaciones lingüísticas. Algunos de esos grupos son los Golok, Khampa o Topa.

Permisos y requisitos de entrada

La situación política de la Región Autónoma del Tíbet no es estable. Actualmente se necesitan diferentes permisos según la zona que se quiera visitar. En los últimos años resulta prácticamente imposible acceder en los meses de febrero y marzo. Y no es hasta principios de abril que se da a conocer la nueva normativa que regula la entrada de extranjeros a la región.

Para más información, consulta la humilde Guía Práctica del Tíbet que mantengo puntualmente actualizada desde 2009.

¿Qué lugares podemos visitar?

Lhasa y alrededores. La capital del Tíbet es el corazón espiritual y cultural del Tíbet. En sus proximidades se han concentrado los monasterios y centros de poder más importantes a lo largo de su historia.

La ruta de la amistad. El trayecto que une Lhasa con la frontera con Nepal es la ruta más popular del Tíbet y una de las más espectaculares de Asia. Además, une muchos de los puntos más atractivos que el Tíbet ofrece.

Campo Base del Everest. Situado a más de 5.000 metros, podremos acampar muy cerca de la majestuosa cara norte de la montaña más alta del planeta: el Qomolangma, nombre que recibe el Monte Everest en tibetano.

Monte Kailash. El eje del mundo para las culturas que lo veneran y padre de los cuatro grandes ríos de Asia. Es la montaña más sagrada de Asia y por respeto a esas culturas nunca ha sido escalada. Recorrer la ruta de peregrinación (kora) más importante para hindúes y tibetanos circunvalándolo nos librará de cualquier pecado que hayamos podido cometer según las creencias locales.

Reino de Guge. Las enigmáticas ruinas de la ciudadela de Tsaparang dominan los espectaculares paisajes de este rincón del lejano oeste tibetano. Estos restos son las únicas pruebas de una gran civilización desconocida hasta hace pocas décadas.

Y muchos más…

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